¿Te ha pasado esto?
- Vas a la cama pensando en emails pendientes (y te cuesta «apagar» el modo trabajo).
- Sientes que tu energía se desgasta… pero no sabes exactamente por qué.
- Te dicen «tómatelo con calma»… pero no puedes.
Si es tu caso, quizá no sea solo «mala organización». Desde la psicología, el agotamiento suele tener que ver con cómo nos relacionamos con el trabajo (y con nosotras mismas).
La buena noticia: Pequeños cambios pueden cambiarlo todo. Aquí te dejo 3 señales.
1. «Si no trabajo duro, ¿quién soy?»: Cuando el trabajo define tu identidad
La señal:
- Si en vacaciones o fines de semana te sientes raro/a «sin tu rutina laboral».
- Si cuando alguien te pregunta «¿Qué te gusta hacer?», lo primero que piensas es en tu profesión.
El trabajo es importante, pero no debería ser tu único lugar de pertenencia. ¿Qué otras partes de ti (amiga, artista, deportista, etc.) has dejado en pausa?
Ejercicio ligero:
- Esta semana, dedica 20 minutos al día a algo no relacionado con tu trabajo (leer ficción, cocinar sin prisas, pasear sin objetivo).
2. «Es que en mi trabajo todo es urgente»: ¿Realidad o dinámica de equipo?
La señal:
- Siempre hay «fuegos que apagar» (pero si miras atrás, el 80% no eran tan urgentes).
- Te cuesta delegar porque piensas: «Si no lo hago yo, no saldrá bien».
A veces, nos acostumbramos al caos porque nos da sensación de «ser necesarios». ¿Te pasa también en otros ámbitos de tu vida?
Pregunta clave:
- «¿Qué pasaría si un día priorizo mi bienestar sobre lo ‘urgente’?»
3. «No tengo tiempo para mí»: Cuando la vida personal espera en segundo plano
La señal:
- Cancelas planes con amigos por trabajo… pero luego te sientes vacío/a.
- Pospones chequeos médicos o hobbies («ya iré cuando termine este proyecto»).
Las relaciones y el autocuidado son el colchón que amortigua el estrés. Si siempre los dejas para después, el agotamiento será inevitable.
Ideas sencillas para hoy:
- Bloquea en tu calendario una hora semanal para ti como si fuera una reunión intransferible.
- Recuerda: Nadie en su lecho de muerte piensa: «Ojalá hubiera trabajado más».
«¿Y si necesito ayuda para cambiar esto?»
Estas señales son normales en un mundo que premia la productividad.
- Llevas meses sintiéndote así.
- Sabes «qué deberías hacer»… pero no logras hacerlo.
Quizá sea momento de hablar con un profesional. En Arizaga Salud:
- Te ayudamos a romper ciclos de agotamiento desde una mirada comprensiva.
- No te daremos «tips mágicos», sino herramientas personalizadas.
¿Te gustaría sentirte mejor? Habla con nosotras sin compromiso.
Para reflexionar hoy:
«El trabajo es parte de tu vida, pero no toda tu vida.»
PS: ¿Cuál de estas señales reconoces en ti? ¡Compártelo en comentarios!